El 5 de febrero, la conmemoración litúrgica de S. Águeda, Virgen y Mártir, cuyo nombre etimológicamente significa "buena".
S t. Agata procedía de Catania, una ciudad de Sicilia, situada al pie del monte Etna. Nació alrededor de 235 en una familia cristiana rica. Después de ser bautizada, hizo voto de virginidad. Pero su belleza atrajo la atención del Cónsul Quincian, quien trató de conquistarla. Cuando Agata se negó, la puso "al cuidado" de una prostituta llamada Afrodisias. Agata, sin embargo, se mantuvo firme en sus convicciones. Después de su martirio, los cristianos veneraron la tumba de Agata. Un año después, el Etna entró en erupción. Los habitantes de Catania rezaron por la salvación de la ciudad, pidiendo la intercesión de S. Agatha. La ciudad se salvó y los habitantes de Catania todavía le dan gran reverencia a su patrón. Santa Ágata es venerada como defensora del peligro del fuego.