En conmemoración del Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María, el 12 de junio se realizaron celebraciones a nivel nacional en honor a 108 mártires de la Segunda Guerra Mundial en el Santuario de Nuestra Señora de Licheń.
Desde la beatificación de los mártires en 1999, el santuario de Licheń se ha convertido en un centro nacional de 108 beatos mártires. Cada año, el p. Mons. Tomasz Kaczmarek, sacerdote de la diócesis de Włocławek, postulador de la causa de beatificación de 108 mártires de la Segunda Guerra Mundial.
El 12 de junio, durante la Misa del mediodía. Padre Janusz Kumala, MIC, curador del santuario Lichen, dio la bienvenida a los sacerdotes y peregrinos, también conectados a través de Internet. - Queremos agradecerte por el ejemplo de fe de los mártires, pero también pedirte que seamos capaces de dar nuestra vida por Cristo todos los días, de confesar nuestra fe de manera heroica - dijo. Santa Misa también concelebrada por el P. puede. Robert Ogrodnik, primo bisnieto del Bl. pb. Władysław Goral, uno de los 108 mártires.
- El Evangelio no ha perecido y la sangre de los mártires es siempre de nuevo semilla del nuevo crecimiento de la Iglesia. El siglo XX, que se suponía que era un triunfo de las capacidades humanas, estuvo marcado por el mayor número de mártires en la historia de la Iglesia - enfatizó el p. Kaczmarek. - Cuando miramos más de cerca a esta extraordinaria multitud de heroicos creyentes en la fe, notamos que su testimonio ha madurado y se ha dado en un clima de espiritualidad mariana viva - apuntó el prelado. Afirmó que el sufrimiento es necesario como compensación cuando se pisotean las leyes morales de las personas para que triunfe el bien. - Estos son los mártires, los tesoros de la Iglesia. Con su ejemplo fortalecen nuestra fe y nos animan a emprender con valentía la lucha contra el mal en nombre del amor de Dios. Tales testimonios no pueden quedar en el olvido - señaló el postulador de la causa de beatificación de 108 mártires.
después de la misa los sacerdotes se dirigieron a la capilla dedicada a los 108 bienaventurados en la parte baja de la basílica de Liquen, donde se rezó una oración.
No es coincidencia que el Santuario de Nuestra Señora de Licheń, ubicado en el centro de la diócesis de Włocławek, sea un centro de culto nacional de 108 mártires. Fue de esta diócesis que casi la mitad de los sacerdotes fueron asesinados durante la persecución nazi durante la Segunda Guerra Mundial. También en la diócesis de Włocławek, en 1992, por iniciativa del entonces ordinario, obispo Henryk Muszyński, se inició su proceso de beatificación. Los siervos de Dios involucrados en el juicio procedían de 18 diócesis. Entre ellos se encontraban 3 obispos, 52 sacerdotes diocesanos, 26 religiosos sacerdotes, 3 seminaristas, 7 religiosos hermanos, 8 religiosas hermanas y 9 laicos. Entre ellos, entre otros dos sacerdotes de la Congregación Mariana: el P. Jerzy Kaszyra, MIC y el P. Antoni Leszczewicz, MIC.